cuaderno de bitácora miércoles 23 de abril.
Hola mi amor.
Te escribo a la una y cincuenta y dos de la mañana, porque no ha sido un día fácil para mí.
He vuelto a luchar con la duda de si podría haber hecho algo más para que hubieras tenido una transición con más amor, cariño, y comprensión. Y eso me ha dado un día muy difícil mentalmente.
He intentado y conseguido hacer una técnica de meditación, que enfrenta tu capacidad mental, tus sentimiento espiritual, tu armonía, dentro de un plano temporal actual. Es decir, he medido mis valores y mis capacidades en el momento actual. Es una terapia que no había probado anteriormente, y se basa en la aceptación de todos los sentimientos, tanto mentales espirituales o armónicos, y son sometidos a prueba a la vez sin medias tintas y precisamente en el momento de la vivencia de la técnica.
No pensaba que fuera tan agresiva.
Llevo todo el día dándole vueltas a lo que he notado, porque me ha hecho sentir tal nivel del dolor, en todos los ámbitos, que llegué a pensar que una técnica como esa me destrozaría el cerebro. Fue algo horroroso! Llevo horas intentando sobreponerme a la tortura que ha sido.
Porque te enfrentas de nuevo al miedo, a la pérdida, al dolor, a la soledad, a sentirte perdido, a la incomprensión, a las imágenes. Todo esto viene producido por una preparación previa, un bamboleo espiritual que te somete a ondas de movimiento y energía dentro de tu propia carcasa, y al principio es placentero. Te va abriendo poco a poco la capacidad de que esas ondas vayan entrando dentro de tu cabeza, llegando desde tus pies con la fuerza que va aumentándose paulatinamente, y la verdad es que en un principio parece una especie que como un juego incluso agradable.
Y de pronto esta técnica utiliza esa misma energía para sacar de cada recoveco, de cada milímetro de tu interior todo el dolor, todo el sufrimiento todo todo todo todo todo todo todo lo pasado. Para que se diluya junto con el resto de energía y así supuestamente dar la claridad del momento actual y mostrarlo sin tapujos.
Hacía mucho tiempo que no meditaba ni pensé conectar con tanta amplitud ni tan rápido. Las técnicas que había aplicado hasta ahora eran totalmente diferentes y para buscar otros caminos y otras respuestas, pero en cierta manera necesitaba saber cómo me encuentro de verdad. Qué es a día de hoy lo que me ha supuesto el silencio de no tenerte y el proceso de perderte. Aún no había conseguido llegar en profundidad a donde he llegado hoy, pesa lo mucho que me ha dolido durante todo este tiempo tu ausencia.
Gracias a esa técnica tengo muy claro que el momento que pasaste durante esos tres últimos días, estaban llenos hasta arriba de amor, y que la llegada del niño fue el detonante maravilloso que encumbró una despedida preciosa.
Sé de sobra que los cuidados paliativos que te dimos durante los últimos días, a nivel médico fueron excepcionales, y me preocupé en todo momento que no tuvieras sufrimiento de ningún tipo. Eso es algo que sabes que no iba a tolerar. Respecto los auxiliares y enfermeros y enfermeras que te trataron solamente tengo palabras de amor y de cariño para ellos, porque te cuidaron tal y como yo hubiera hecho. Les llevé un presente para agradecerles que te tratarán con tanto cariño y respeto
Reconozco que pese a los años de preparación, y todo el tiempo que tuvimos para establecer unas pautas y una forma de actuar en todo momento correcto, no lo supe llevar del todo bien, ya que mi miedo a que murieras y a perderte en una ocasión se hicieron con las riendas de la situación. Fue cuando pedí una segunda opinión porque aunque lo sabía, no quería creer que estabas tan mal.
Tampoco me ayudó mucho la doctora de neumología que subió porque no era ninguna de las que yo conocía, y a todo decía que lo que había que tener era positivismo. Le pedí que me dijera con datos feacientes que probabilidades tenías, cuantos días te quedaban, y simplemente no sé quiso mojar. Ahí es donde yo tendría que haber pedido hablar con el equipo de cuidados paliativos, pero por otro lado ya la respuesta estaba dada.
Salí a la calle a respirar un poco, no tuve que hablar con nadie más, sus miradas lo decían todo. Sentían amor y pena al mirarme a mí, y sin que tú lo supieras, mi sexto sentido afloró, y me vi obligado a sacarte dos fotografías. Porque ahora ya sabía que te ibas y esa era la certeza que tuve de lo que me estabas diciendo sin palabras. Cuando las miré supe que ya estabas preparando la transición.
Entendí que ese era el momento real de tirar la toalla, ya no te insistí más en obligarte a alimentar un cuerpo que ya no querías tener y te ayude en cuanto estaba en mi mano, leyéndote, recordándote nuestras aventuras y creo que me podrías oir. Llamé al niño en cuanto tuve la oportunidad. Porque sabía que era cuestión de dos o tres días nada más, y luego ya no tendrías la capacidad mental de disfrutar de su compañía.
Pero nuevamente me sorprendiste. Tu resiliencia siempre me ha llenado de orgullo, y cuando tu capacidad racional ya la creía perdida, e intenté por todos los medios que el niño llegara lo antes posible para no perderse tus últimos momentos de claridad, en cuanto entró por la puerta, y te vi sonreír, aunque ya no tuvieras capacidad de hablar, tus ojos me lo dijeron todo. Y llore de alegría.
Por fin ya estabas lista para irte, completa, en paz, y rodeada de mucho amor. Había conseguido llevarte de la mano al momento de transición, y ahora tengo todo el convencimiento de que lo hice bien. Sé que entraste en la luz enchida de amor. Satisfecha por la vida que habías tenido, y enormemente agradecida por lo que te hemos querido y seguimos haciendo.
Permanecí acariciando tu mano esperando el momento exacto de tu partida e intentando aportar mi energia para que tuvieras un viaje agarrable y feliz. Tú resistencia te despertó en varias ocasiones agitada y asustada, me mirabas te tranquilizaba y cuando volvías otra vez a la senda del sueño, de nuevo en alguna ocasión volviste a asustarte. Pedí que te ayudaran un poco más y así lo hicieron con todo el corazón.
Volví a sentarme a tu lado, volví a tomar tu mano mientras observaba que tu gesto era cada vez más placentero. Al mismo tiempo contaba tu respiración, tal y como he hecho miles de veces antes, para cerciorarme de una frecuencia lo suficientemente buena. Quería evitarte una tos que te hubiera hecho todo más difícil.
La última vez que expiraste noté que en ese momento el amor y la energía había aumentado en la habitación. Con calma mire en la carótida a ver si notaba algún tipo de pulso. Para confirmar hice lo que me enseñaron, ni el vapor de sus labios ni encontré ningún latido. Te acaricie la mejilla te bese y te desee un buen viaje.
Mientras los que estábamos allí nos derrumbamos un poco, me acerque al puesto para que certificaran tu muerte lo más certera posible, y para que te prepararan para que el viaje comienzase de la mejor manera posible.
Le dije al niño que no era necesario que se quedara para el proceso de crematorio, porque eso no es nada agradable y además tardaban un par de días. Ya sabes que tienen que cerciorarse de fallecimiento, así que marchó a la mañana siguiente. Mientras tanto llegó Óscar que se negó en todo momento a dejarme solo. Celebramos tu vida con ron, y me acompañó incluso a la crematorio, aunque le hice pasar un mal rato al pobre, porque yo había pedido poderte ver por última vez antes de cerrar la tapa.
Y allí estabas una carcasa vacía, fría, extrañamente maqueada con ropas que no te pegaban en nada, y una sonrisa que nunca tuviste. Acaricie de nuevo tu mejilla como miles de veces había hecho y te bese con todo mi amor. De nuevo tomé tu mano por las mías y te prometí que pronto estaría contigo amor mío. Porque somos un equipo. Tú y yo contra el resto del mundo, recuerdas?
Hoy no ha sido un buen día para mí amor mío.
Esta técnica me ha trastocado porque me he metido dentro de una lavadora, y cuando yo creía que me iba a echar el suavizante, ha empezado con el centrifugado. Pero sabes como soy. Está es la única manera que sé hacer las cosas. Igual que cuando deje de comer fritos y grasas.
No tenía conciencia de que fuera a ser tan difícil. De hecho es una técnica para gente avanzada, pero no me creí con la capacidad de poder meditar tan en profundidad, ya que hace muchos años que no lo hago, aunque creo que seguiré haciéndolo, porque me aporta paz, pese al dolor.
Además hay otras técnicas que me ayudarán a hacerlo de una manera más suave, y necesito tener la cabeza bien amueblada para todo el proceso que se avecina, porque tu bichito mío, eres mi pareja de inseparables.
Ahora tomaré la medicación extra para desconectar ya a nivel farmacológico.
Te quiero mucho amor mío. Te quiero mucho más de lo que creía creer, y hoy me ha quedado demostrado con creces.