cuaderno de bitácora. martes veinte de mayo segunda parte
Cuántas cosas hay que guardar en los cajones del olvido,
Cuántas verdades se quedaron sin poderse hablar,
Tardes de paseos que no se han de olvidar,
Mi mano en tu bolsillo trasero y tus palabras siempre me he oído.
Qué distintos son los mares que hemos llegado a observar,
Y qué gusto son los bocadillos tras una larga caminata
Con la pasión por las calles de la Tacita de Plata,
Era desidia de tener que retornar.
Y ese mar de Huelva donde en ocasiones nos bañamos
Qué fría sus aguas! Y que blanca su arena
Días felices de amor, y salud plena
Abrazos de amigos, besos de amados.
Y nuestra carroza bautizada el primitivo
Que si bien no era de oro ni diamante
Verte llegar ya era alucinante,
Y fue el mejor antidepresivo.
Cuántos caminos recorrimos sin saber ni dónde estábamos
A veces casi sin combustible
Era un coche indestructible.
Y el cariño que le dábamos.
Hoy te tengo en la cabecera sobre el capó del susodicho,
Fue recién comprado con tu primer sueldo de verdad
Y más que sueldo independencia, libertad,
Un magnífico carromato que corría como un bicho
y tú sin quererlo llegaste a ser mi bichito
Que me sacaste del agujero y me insuflaste vida,
Por eso tenía que amarte cada día,
Pues ya sabes que el futuro ya está escrito.
Espérame amada mía,
Que yo sigo luchando para irme con orgullo
Y una vez que esté de nuevo al lado tuyo
Volverá a nuestras vidas la alegría.
Te amo tesoro mío.