cuaderno de bitácora miércoles 14 de mayo del 2025

Hola amor mío, ya estoy aquí de nuevo otro día más. 

Al final esto se coge como costumbre y es una costumbre muy agradable, aunque a veces me cueste mis lágrimas. 
Pero el hecho de tenerte todos los días un poquito para mí me agrada, no me satisface por completo evidentemente porque no te tengo, pero es como si cada tarde me sentará en un banquito al lado de un lago, a echarle pan a los cisnes, y que después de un tiempo acaben siendo casi amigos. 

Yo hago el cuaderno de bitácora sin pretensión ninguna, simplemente es un diálogo que tuvo que haber y no se pudo hacer, pero creo que las palabras esas no tienen por qué perderse en el silencio. 
Es cierto que en ocasiones son diálogos muy interiores, porque en cierta manera todo esto del cuaderno está hecho con el corazón. Y en mi caso te hablo a ti, mi amor perdido, mi compañera y amiga. Que aunque no te tenga al lado, con mis palabras es como si siguieras siendo parte activa de mi vida. 

Puede que algunas personas puedan llegar a pensar que esto no es sano, o que esto es una especie de diálogo de sordos, o de locos en una habitación acolchada. Algunas personas que me leen se sentirán identificados de alguna manera, otros simplemente leerán las frases sin darle la menor importancia, puesto que no son parte de su vida. Y puede que haya un tercero que pueda llegar a pensar, que a lo mejor algún día él o ella podría estar pasando por lo mismo. Es decir añorar tanto a una persona hasta casi la desesperación, y darse cuenta de que su vida es totalmente diferente, y que no le gusta el resultado de la misma. 

Eso es lo que me pasa a mí. No me gusta vivir sin la compañía de la persona a la que más he amado en mi vida. Siento que mi tiempo está vacío porque no tengo la oportunidad, de poder compartirlo con quien de verdad me gustaría. Es por eso que no valoro el tiempo que me queda. Y si lo valorara de alguna manera sería a negativo. Porque no quiero seguir sintiendo y sufriendo, lo que siento y sufro cada día solo por el hecho de permanecer vivo. 

Desde que tomé la decisión, plantearme y hacerlo por el camino más difícil y más largo, me he encontrado valoraciones de todo tipo. Lo primero dejadme que os diga que a mí las valoraciones de la gente ya no me importa nada, puesto que no me importa siquiera el no levantarme mañana de la cama porque me haya quedado pajarito. 

Lo que sí he visto, es que he creado un poco de controversia. También os digo que me gusta en cierta manera haber creado un poco de diálogo, siempre desde el respeto y siempre desde el punto de vista de cada uno. El noventa y nueve por ciento de las personas con las que he hablado , valoran el hecho de mi partida como algo comprensible pero no compatible. Mi reconocimiento a esas palabras es de agradecimiento porque no van dirigidas hacia mí de una manera despectiva sino humana.

Es natural la supervivencia entre las primeras necesidades del ser humano, y dejar de vivir por lo que algunas personas puedan pensar, (que es simplemente una idea, un sentimiento, o una ideología) van más en concordancia con el mártir, o el enfermo mental. Porque tenemos la fea costumbre de poner etiquetas a todas las cosas que creemos diferentes. Digo fea porque no es una costumbre creativa, ya que nos basamos más en el criterio de cada uno, y no en valorar lo que la otra persona pudiera estar pasando. Y eso es una falta enorme de empatía. Por otra parte algo muy común en nuestros tiempos. 

Por eso me gusta que en cierta manera, mis diálogos con mi mujer aunque sea a la distancia de la muerte, haya creado un poco de opinión en algunas personas.  Hay gente que piensa, que no es sano el intentar mantener viva la llama de la esperanza, cuando esa esperanza  murió hace hoy dos meses. 

No he venido a crear ningún tipo de dilema. No soy de las personas que sean pro suicidio. Más bien al contrario porque tengo capacidad y conocimientos suficientes como para terminar esta agonía de un momento a otro,y  sin embargo he decidido a hacerlo por el camino más largo y difícil, porque creo que hay una posibilidad dentro de mí, de poder hacer algo más el día que yo me muera. 

Yo soy donante de órganos desde los dieciocho años, y no he cambiado de opinión en ningún momento sobre ello. Bien es cierto que no me he privado de nada a lo largo de mi vida, pero también es cierto que me he procurado cuidar de la mejor manera posible, para poder estar sano dentro del punto de vista de un cadáver. Y creo que aun siendo joven para algunas personas, para mí cincuenta y cinco años no es una mala edad para morirme yo.

 Primero porque he vivido bien y he vivido mucho e intensamente. Segundo porque lo he vivido prácticamente todo, desde las alegrías más grandes a las penas más duras e incluso he pasado hambre de verdad. Cierto es que no he vivido una guerra, pero tampoco he ido a la luna  he viajado en tren bala. Simplemente digo que entre la posibilidad de una vida vivida, mi posibilidad es una vida bien surtida. Nunca plena porque la plenitud sería tenerlo todo y hoy en particular me falta lo más importante. 

 No entró a valorar a quienes piensen que es una decisión fácil. Primero porque tengo por delante mucho tiempo para decidir, si quiero o no quiero continuar y terminar con mi vida. Uno no se muere de hambre en dos días. Menos cuando como en mi caso, he empezado a dejar de comer teniendo 135 kilos encima,  por lo que tengo unas reservas de grasas y además también soy persona ancha así que además, tengo un aporte extra proteíco que me va a perjudicar durante mucho tiempo a que el ayuno no sea mortal. 

Otra cosa es que me vaya a causar el día de mañana algún tipo de problema físico, que me pueda dañar permanentemente. Pero estamos hablando con una persona que quiere terminar con su vida, por lo tanto como entenderéis poco me puede importar. 

Para llegar a esta decisión, no solamente he tenido que ver los distintos problemas, a los que me podría llegar y enfrentar de manera física, también he valorado los problemas que pudieran surgir de manera legal. 
Hay que tener en cuenta de que en esta vida nada es gratis y menos morirse. Y en ocasiones puede que sea hasta casi delito. Por eso en mi caso he decidido hacerlo así, porque en lo que es la alimentación no puede obligarte nadie si firmas tú testamento vital, y declaras que no quieres ser alimentado bajo ningún concepto ni de manera sólida ni de manera líquida. Es la única manera de que nadie que esté fuera de esa decisión pueda hacer o tomar determinación de ningún tipo sobre ello. 

Otra manera mucho más rápida evidentemente es dejar de beber. Si no aportas líquidos a tu cuerpo en tres o cuatro días has terminado con la agonía y ya estás metido en el horno, pero en este caso no se podrían utilizar ciertas partes de mi cuerpo para poderse las trasplantar a otras personas. 
Yo mantengo una alimentación básica única y exclusivamente a través de un yogur diario y mi agua correspondiente para el mantenimiento diario de mis funciones. Si en algún momento dado alguno de mis órganos pudiera llegar a fallar yo le aplicaría algún complejo vitamínico que pudiera mantener el buen estado de ese órgano dentro de mi falta de alimentos. Periódicamente tengo mis revisiones médicas y también a partir de muy poco tiempo empezaré a tener que pasar por analíticas y demás pruebas, para saber realmente como está reaccionando mi cuerpo. 

Lo más probable y casi asegurado, es que el fallo vaya a producirse por problema cardíaco. Al menos es la valoración a la que he llegado después de leer en distintos medios médicos y de estudios de profesionales, que creen que pudiera ser la primera causa o el primer órgano afectado. Para ello todavía queda mucho tiempo, y yo sigo haciendo una vida normal inclusive más activa que antes.

 Aunque no por ello me voy a poner ahora a correr maratones, primero porque quiero como bien he dicho llegar en el mejor estado posible al quirófano y segundo porque el deporte y yo hace muchos años que nos dejamos de hablar. Yo fui competidor en mis años mozos de deportes de fuerza y en este caso es contraproducente ese entrenamiento que llevé durante más de once años, porque me ha creado una masa muscular (ahora menor evidentemente), que será alimento para mi cerebro más adelante, y que una persona que no haya hecho deporte nunca en la vida no tendría esa madera que poder echar a la chimenea. 

Pero no me pesa la decisión, tampoco me siento mal conmigo mismo. Entender que ahora yo estoy en una situación depresiva muy pronunciada, y que dentro de esa depresión la decisión de no comer para una persona con obesidad mórbida, puede incluso ser beneficioso, aunque algún día llegue el momento en el que me sobrepase con la bajada de peso. Repito que es mi decisión y es mi cuerpo, por lo tanto tengo todo el derecho a decidir qué hacer con él y como terminar con él. 

También he encontrado  gente que sin meterse en valoraciones, me han abierto el corazón, y me han hecho sentir amor y gratitud de una manera casi sobrehumana, porque hablamos de personas que generalmente no he visto nunca. Bien por redes sociales o bien por comentarios a raíz del blog nos hemos encontrado, y me han aportado una maravillosa reacción de amor y de respeto. Cosa que agradezco profundamente. 


Ahora y solamente hablando sobre mi capacidad mental, me siento por completo yo y libre. 

Eso no es nada positivo puesto que yo era muy feliz antes cuando tenía mi compañera al lado, y mi "yo completo y libre" es un yo infeliz triste y dolorosamente martirizado por sí mismo. 
Cuanto es capacidad mental y cuanto es reflejo del cuerpo? No lo sé. Siento lo que siento y me duele lo que me duele, pero no sé por qué si es lo uno lo que afecta a lo otro o viceversa.

Buenas noches a todos,  y en especial a ti amor mío. Gracias por estar ahí escuchándome otro ratito más. Cada día se me hace igual de difícil dejar de escribir, porque sea verdad o no, quisiera creer que estás al otro lado de estas letras. 

Te quiero mucho amor mío siempre te he querido y creo que nunca dejaré de quererte, aunque me venga el Alzheimer y me borre hasta la primera comunión.

Entradas populares de este blog

he decidido irme.

no es cuando yo me vaya. es. que ya me he ido._ cuaderno de bitácora

cuaderno de bitácora. lunes catorce de abril.