La rosa de nuestro tiempo _ Cuaderno de bitácora
Recuerdo aquella tarde_noche de verano,
mientras estábamos sentados en aquel agujero infecto.
Yo me apuraba en conseguir el mejor efecto.
Tú que para estar quieta hacías un esfuerzo espartano.
Fueron unas pocas horas de pinchazo tras pinchazo,
mientras se iba la tarde y entraba la noche.
No oí de ti ningún reproche,
cuando a mí ya me dolía incluso el brazo.
Siempre fuiste mi musa, apoyo e inspiración,
aunque nunca pensé que acabarás también siendo lienzo.
Maxime cuando era en mis comienzos,
y puse en ello todo mi corazón.
Tú quisiste que fuera una rosa roja y exuberante,
porque el camino nunca fue sin espinas,
y aunque traen suerte las golondrinas,
la buena nunca la tuvimos delante.
Yo la dibuje para ti de lo más hermosa.
Un poco a mi estilo un poco alocada.
Tú querías una real, no una versión soñada,
y al final salió una rosa luminosa.
Las gotas de agua eran lágrimas vertidas,
en un camino que siempre nos fue complicado.
A su lado emerge un hijo siempre amado,
surgido del mismo tallo como dos manos unidas.
Y a la luz de las lámparas y sacudiendo mosquitos,
terminamos después de trabajarlo todo un día.
Al verlo solo podías reír y mostrar alegría,
y me comiste a besos y a mordiscos
Pero lo que es la vida de puñetera!
Aquella casa infecta te enfermo tanto,
que lo que fue un precioso encanto,
De tanto medicamento, terminó casi borrada entera.
Presagios que nos manda el universo.
Vestigios de alegría que se quedan en la memoria.
Retazos de lo que fue nuestra historia.
Un amor hecho en tinta y recordada en verso.
Te amo vida mía. Siempre a mi lado.
