sab 3 mayo. pensamiento
Éramos dos chiquillos adultos jugando a vivir,
Y mentras nuestros sueños nos adelanban por la derecha,
No vimos llegar el fin del juego,
Del que nadie nos avisó del final de la sorpresa.
Te recomodé cuanto pude en mis brazos,
Y mientras besaba tus labios con tanto amor como disponía,
Te prometí amor eterno y buscarte en cada vida que tuviera por vivir.
Y vivimos lo que pudimos y sentimos cuanto éramos.
Algún día estaré perdido en un andén,
buscando el vagón que me correspondiese.
Y una mano amiga me cogerá de la cintura.
Reiremos y volveremos a ser uno de nuevo.