No todos los días son martes_cuaderno de bitácora
Por el sendero de este camino, que he decidido llevar de manera totalmente autónoma, sin que nadie ni nada me pusiera una pistola en la cabeza, he encontrado cientos de vende humos, de trileros, de falsos profetas sin tierra.
Desde que empecé a hablar contigo amor, todos los días, siempre al caer la tarde, y al encenderte una vela, como señal de respeto y amor eterno, habré puesto cientos de frases. Y ahora también me atrevo un poco con el poema. Sin composición. Simplemente soltando lo que uno quiere decir justo al momento. A veces me cuesta encontrar la rima perfecta, pero otras sale de dentro.
Hoy me gustaría tener una conversación contigo amor mío. Qué tal vez desde ahí a dónde estás me puedas iluminar un poco sobre una cuestión que me da vueltas en la cabeza, y aunque no es preocupante ni tampoco me va a destrozar más el cerebro, me causa incertidumbre y no puedo dejar de pensar en ello.
No sé como lo verías tú desde ahí arriba pero a mí empieza a cansarme un poco toda esta situación.
Me quiero referir a h que agradezco a todo el mundo su preocupación por mí. Agradezco a todo el mundo el esfuerzo que está poniendo para que yo continúe viviendo la vida. Y no quiero sonar desagradecido, pero me estáis sintiendo incómodo cada vez más.
Sé que no soy un caso normal y no lo he sido nunca. Al haber tenido problemas mentales anteriores parece ser que se abre la veda de la búsqueda de la solución. Estoy un poco cansado de ser un poco conejo de indias. Y vuelvo a decir que el respeto todo el esfuerzo que estás haciendo, pero deberían de preguntarse realmente ese esfuerzo que estás volcando en mí es por mí o por ti?
Lo sé. Puede sonar muy desagradecido. Espero no convertirme en mala persona solamente por tener ese pensamiento. Lo que yo no quiero llegar a referir sobre ese particular, es que en el juego de la vida a veces se gana y a veces se pierde. Pero no todas las veces que se gana se va feliz el concursante. Y no todas las veces que se pierde, hace que el juego sea peor.
Todo el mundo piensa que por lo que yo digo y quiero hacer, yo quiero abandonar el juego simplemente por haberte perdido. Eso no es así. Encontrarte fue ganar el premio gordo. Disfrutarte fue vivir de la mejor manera posible el disfrute de haber ganado el premio gordo. Pero ahora que ya no me queda más premio, no quiero estar obligado a seguir jugando. Yo no soy un ludópata de la vida. Yo eché mi monedita y gané. Anteriormente ya había echado más de una moneda y las he ido perdiendo paulatinamente a lo largo de mi vida. Pero ahora estoy en un momento en el que me duele la espalda de estar sentado delante de esta maquinita, he sacado el premio gordo, fue disfrutado, y ya no me quiero volver a sentar en ese banquito a volver a jugar a la maquinita.
Por el contrario me haría mucho más feliz repartir las monedas que ya tenía dentro de mí para que otros puedan seguir jugando a su maquinita si así lo quieren.
Creo que no es tan difícil de entender. Yo me quiero bajar del mundo porque ya no soy feliz. Nadie me tiene que obligar a seguir viviendo de manera infeliz. Nadie tiene la potestad para obligarme a seguir viviendo. Y no quiero seguir jugando a la posibilidad de sí que la vida puede cambiar y tocarte otros premios no quiero. He sido muy feliz disfrutando del premio gordo que me ha tocado me retiro.
Es tan complicado de entender?
Vale que tengo que pasar por el proceso de una y otra vez entrar por el aro de hablar con psicólogos psiquiatras medicación...
Vale porque quiero hacerlo de forma bien. Vale porque voy a tardar bastante tiempo en conseguir llegar a la inanición total. Porque vengo de ciento cuarenta y tantos kilos y aunque ya estoy en 111 pues todavía quedan muchos kilos por perder, hasta que mi cuerpo empiece a decirme que ella hay carencias de donde no poder sacar para mantener el cerebro.
Yo eso lo he asumido. Sé que no es la forma más fácil de morirse. Sé que es incluso mordaz la situación. Y que puede levantar diferentes ampollas que en una sociedad como esta lo que sobran justamente son motivos para discutir. Yo no he venido aquí a discutir. Y ha venido aquí a escribir que me quiero ir. Que ya es tengo en mi testamento vital preparado que no me van a poder alimentar cuando yo ya no lo quiera. Y que no van a poder administrarme ningún tipo de fluido porque yo no lo quiero.
Podría terminar todo esto ya y deprisa? si...
Muchos lo han hecho. Hay formas infalibles. Y muchas películas que hemos visto aparecen modos cada vez más fáciles de conseguir llegar a la muerte. Pero yo no lo quiero fácil. Estoy cansado de decirlo. Yo lo que quiero es que se aproveche de mí todo lo que se pueda. Quiero ser donante de órganos sin la necesidad de pasar por un trance como una muerte accidental, un ataque al corazón, una enfermedad que vaya siendo cada vez como fue la tuya. Yo quiero terminar ahora que estoy sano para que puedan sacar lo máximo posible de mí.
Yo no quiero ser Mesías ni el hijo de ningún Dios. Yo no quiero que se me proclame en a los cuatro vientos mira qué cosa más humana ha hecho este hombre ayudando a tantas personas y sin necesidad de ello. Yo no quiero opiniones sobre mí. De hecho que yo sea un avatar y que viva dentro de una burbuja que he creado, creo que tiene que dejar bien claro que mi intención no es ni más ni menos que la de irme por la puerta grande.
Para mí irme por la puerta grande es conseguir lo mejor que pudiera de mí.
A nivel personal he amado y me han amado de la mayor manera que un ser humano puede amar o sentirse amado.
A nivel profesional le pueden dar mucho por el culo a las profesiones, a los dueños de esas profesiones, y sobre todo a las hienas que se dedican a evitar pagar a los trabajadores que sufren daños, realizando su trabajo cada día, y sobre todo por causas directas de la propia empresa.
A nivel humano pues yo me siento ahora mismo en paz con la decisión que he tomado. No tengo ningún miedo de ir a morir. Y no creo que a lo largo del tiempo que me quede me vaya a salir. Tengo una máxima por encima de todo que es poder dar la oportunidad a quien quiera de vivir una vida plena. Si ahora mismo uno de mis órganos es posible que sea trasplantado a esa persona y darle ese tipo de vida yo soy el hombre más feliz del mundo.
Y lo digo con todo lo que contesto de la palabra feliz. Porque tengo el convencimiento de que cuando yo me muera voy a encontrarme con el amor de mi vida y eso no me lo va a cambiar nadie en la cabeza.
Por muchas maquinitas que existieran nuevas y por muchos muchos premios nuevos que me pudieran ofrecer.
Os voy a decir una cosa a vosotros que estáis leyendo esto. Se puede tener (y no te lo tomes a mal lo que voy a decir amor mío), una mantita vieja rueda y llena de rotos, que te dé tanto o más calor que una manta de última generación. Porque no solamente se trata de calor corporal, el cuerpo también se alimenta del calor humano. Y cuando una mantita lleva contigo toda la vida por muy destrozada que esté para ti esa mantita es la más especial. Es la que te aporta más calor de todas las que pudieras comprar nuevas. Y además te hace feliz.
Bueno pues ya estoy en ese contexto. Estoy en ese momento en el que me quiero ir pero antes tengo que pasar por todo lo demás.
Solo estoy alargando el tiempo con los tratamientos y los diagnósticos y los especialistas, hasta conseguir un peso mínimo tan pequeño y una capacidad de reacción de mi cuerpo tan mínima, y una ingestión calórica diaria tan pequeña, que se vean obligados a tener que llevarme al hospital, y que se vean obligados a temerme cerca del quirófano. Quiero que todo el equipo necesario de trasplante tanto en los apartados de cirujanos, transporte, gestiones, e incluso los equipos que se tienen que encargar de hacer el trasplante tengan tiempo suficiente, para poder ponerlo todo en funcionamiento, y empezar a recoger directamente chacina.
Ese es mi propósito en la vida. Por favor dejadme cumplirlo.
Dejadme ser feliz.
Y el tiempo corre, y corre en contra nuestra. Cuanto más viejo soy menos válido son mis órganos. No fumo y no bebo, no como grasas, y actualmente salvo por urnas hernias lumbares todo lo demás está a medio que. Y digo medio que porque ya estoy en la cincuentena. No soy un pipiolo de dieciocho años. Por otra parte yo ya he vivido mi vida y la he vivido con mucha intensidad y con mucho amor.
Creo que ya me he ganado el derecho a que se haga lo que yo firme cuando tenía dieciocho años. Soy donante desde que pude firmar aquel cartoncito que vete tú a saber dónde está. Si hay algún médico que está leyendo esto que sepa que en una analítica me salió que tenía anticuerpos de la hepatitis B2. Nadie sabe por qué. No es la enfermedad de la hepatitis B2. Son los anticuerpos. Por eso no puedo ser donante de sangre. Pero dado que me dijeron que no era ningún tipo de problema para la vida tener anticuerpos de la hepatitis B2, sigo ofreciéndome como un frigorífico andante durante el tiempo que esté en funcionamiento.
Que ahora que lo pienso eso es algo que tengo que valorar y comentar con los médicos. Y volver a hacerme una analítica de sangre porque eso salió en el noventa. Y a lo mejor es hasta un falso positivo.
Decidido el lunes mismo te voy a pedir a mi médico de cabecera que me manda hacerme unas analíticas para saber en qué condiciones estoy!
Gracias amor me has dado una nueva expectativa. Vamos a ver cómo estamos físicamente y de esa manera podremos saber si hay que acelerar o no el proceso.
Gracias mi amor siempre tienes una gran idea en la cabeza. Eso es una de las muchas cosas que te hacen especial para mí.